CARÁCTER


Los Pilas son mascotas ideales para las limitaciones de la vida moderna: Se los puede considerar perros de interior, ya que siendo relativamente pequeños se adaptan bien a la vida en departamentos.  Son fáciles de higienizar, no albergan pulgas y, al poseer escaso o nulo pelo, son especialmente adecuados como compañeros para personas alérgicas a los animales.  Son fáciles de educar, cariñosos con su familia humana y las demás mascotas de la casa, y excelentes guardianes no agresivos.

En carácter son alegres, cariñosos, juguetones, activos y rápidos en el aprendizaje de las reglas de la casa y todo tipo de monerías.  Desconfían de los extraños y son buenos guardianes no agresivos hacia los humanos u otros animales.  Amenazan y hasta persiguen ferozmente a cualquier intruso, humano o no; pero tal vez por ser conscientes de su mayor vulnerabilidad, no atacan ni pelean.  Disfrutan plenamente del ejercicio, pero son perfectamente felices acostados en un diván cerca de sus personas favoritas.

Hasta los años setenta muchos Pilas eran relativamente afónicos: las pocas veces que ladraban lo hacían con voz ronca y apagada muy diferente a la de otras razas.  En la actualidad su ladrido es el mismo de la mayoría de los perros, variando en tono e intensidad según su talla.

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CARÁCTER


Los Pilas son mascotas ideales para las limitaciones de la vida moderna: Se los puede considerar perros de interior, ya que siendo relativamente pequeños se adaptan bien a la vida en departamentos.  Son fáciles de higienizar, no albergan pulgas y, al poseer escaso o nulo pelo, son especialmente adecuados como compañeros para personas alérgicas a los animales.  Son fáciles de educar, cariñosos con su familia humana y las demás mascotas de la casa, y excelentes guardianes no agresivos.

En carácter son alegres, cariñosos, juguetones, activos y rápidos en el aprendizaje de las reglas de la casa y todo tipo de monerías.  Desconfían de los extraños y son buenos guardianes no agresivos hacia los humanos u otros animales.  Amenazan y hasta persiguen ferozmente a cualquier intruso, humano o no; pero tal vez por ser conscientes de su mayor vulnerabilidad, no atacan ni pelean.  Disfrutan plenamente del ejercicio, pero son perfectamente felices acostados en un diván cerca de sus personas favoritas.

Hasta los años setenta muchos Pilas eran relativamente afónicos: las pocas veces que ladraban lo hacían con voz ronca y apagada muy diferente a la de otras razas.  En la actualidad su ladrido es el mismo de la mayoría de los perros, variando en tono e intensidad según su talla.